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martes, 1 de marzo de 2016

Wyeth: Andrew y Jamie en el estudio


Museo Thyssen-Bornemisza 
Paseo del Prado, 8  MADRID
Del 1 de Marzo al 19 de Junio de 2016


Si hace unas semanas el Museo Thyssen-Bornemisza nos presentaba una muestra sobre los Realistas de Madrid, ahora le toca el turno a dos de los máximos representantes americanos del género en el  siglo XX. Junto con el Denver Art Museum, el Thyssen exhibe la primera retrospectiva en Europa sobre Andrew Wyeth (1917-2009) y su hijo Jamie (1946).

“Wyeth: Andrew y Jamie en el estudio”, permite además descubrir cómo, en ocasiones, el trabajo de ambos discurría en paralelo, se complementaba o, incluso, servía para plantear desafíos entre ellos. El generoso acceso a las colecciones privadas de Andrew y Betsy Wyeth y de Jamie Wyeth ha permitido al comisario de la muestra, Timothy J. Standring, conservador de pintura y escultura de la Gates Foundation del Denver Art Museum, desarrollar un completo proyecto expositivo, con importantes obras de ambos que recorren todos los periodos de sus carreras. Sin embargo los visitantes no podrán ver la obra más conocida de Andrew Wyeth, “El mundo de Cristina” (Christina's World), un paisaje de Wyeth en el que se ve una granja, una colina y la torturada figura de una jovencita al pie de la misma. Cuando se presentó la obra en 1948, ésta se convirtió en parte fundamental del vocabulario visual de la posguerra de Estados Unidos, e hizo de Wyeth, de 32 años, una autnéntica estrella. El cuadro forma parte de la colección del MoMA, quién rara vez consiente en que la obra salga de entre sus muros.
 
Andrew Wyeth - Lejanía, 1952

Andrew Wyeth - Durmiente nocturno, 1979
 
 Andrew Wyeth - El Alemán, 1975
 
Existen muchas similitudes entre la obra de ambos artistas, pero también marcadas diferencias. Ambos autores trabajaron en el entorno de los lugares en que vivieron, su ciudad natal Chadds Ford en Pensilvania y la casa de verano en Cushing, Maine,  en un relativo aislamiento del mundo artístico. Compartían un cierto gusto por lo teatral, el humor negro o la experimentación técnica y también su marcada sensibilidad. Ambos fueron niños prodigio y se educaron en casa, Jamie lo hizo bajo la tutela de su tía Carolyn Wyeth, también pintora, quien a partir de los años cuarenta se dedicó a dar clases de pintura en la casa familiar de Chadds Ford, y también en Maine durante los veranos. Allí, el padre y el hijo además de  aprender las técnicas artísticas de los otros miembros de su familia  dedicaron miles de horas a dominar el oficio y a buscar, hasta encontrarlo, el universo que querían mostrar a los demás.
 
 
Andrew Wyeth - Christina Olson, 1947
 
Andrew Wyeth - El roble, 1944
 
También tienen en común la utilización de técnicas y materiales de una forma muy heterodoxa. Tal vez como reacción a su rigurosa formación académica, ninguno de ellos aplicó nunca a los dibujos ni a las obras acabadas ningún tipo de jerarquía formal. Todo empezaba cuando sentían una emoción profunda que, en palabras del comisario, se resumiría en: “pinta lo que te inspire en cada momento, pinta lo que conoces y amas”.

Andrew y Jamie se criaron en casas llenas de libros y de creatividad. El padre de Andrew, al que se conocía como N.C., adquirió notoriedad como ilustrador de clásicos del género de aventuras como Robin Hood o La isla del tesoro. N.C. alimentó las inquietudes artísticas de Andrew, y este transmitió a su vez ese espíritu a Jamie.
 
Andrew Wyeth - Hierba pisada, 1951
 
Andrew Wyeth - Mi joven amiga, 1970
 
Los dos artistas buscaban inspiración en los objetos y personas que conocían bien. Sus modelos son en su mayoría amigos, vecinos y familiares –además de pintarse el uno al otro-. En los pocos retratos que hicieron por encargo, se empapaban del mundo de sus modelos: compartían con ellos historias, estudiaban sus movimientos y su entorno, observaban lo que hacían a diario. “Cuando decido pintar a alguien, no es por su fisonomía sino por lo que transmite” -dice Jamie-, “tienes que saberlo todo de tu modelo. Si no, te quedas en la piel”. Y lo mismo pensaba Andrew: “Me involucro con las personas a las que retrato. Me hago amigo de ellas. No las pinto y sanseacabó”.
  
Jamie Wyeth - Portrait of pig, 1970
 
Jamie Wyeth - Meteor Shower, 1993
 
Jamie Wyeth - Portrait of Shorty, 1963
 
Jamie Whyeth - Cats 25, 1998
 
Como pintor realista en un momento en que el arte abstracto atraía las miradas del público y de los críticos de arte, Andrew Wyeth, es considerado una de las figuras imprescindibles del regionalismo estadounidense. Tanto él como su hijo Jamie han retratado el paisaje rural y urbano del país. También las habitaciones, incluso vacías atraen su atención, ya que ellas reflejan la personalidad de sus moradores. Para Andrew las ventanas fueron una especie de fetiche desde que una tarde de verano de 1947 al abrir una de las del ático de su casa “un viento del oeste hinchó las polvorientas y desgastadas cortinas de encaje y los delicados pájaros de ganchillo comenzaron a revolotear y volar.” Aquel momento fugaz fue una especie de revelación para la mente del autor que le enseño a estar siempre alerta ante lo inesperado.
 
Jamie Wyeth - A.W. trabajando en la
serie pis, 2007
 
Jamie Wyeth - Estudio de Orca #3, 1990
 
Jamie Wyeth - Pumkinhead Self Portrait, 1972
 
También los animales domésticos forman parte de su universo creativo. Padre e hijo se identificaban mucho con ellos cuando los pintaban en obras como Racoon (1958), El isleño (1975) o Durmiente nocturno (1979), poniendo tanto esmero y concentración como cuando trataban otros temas.

La exposición está planteada como una conversación artística entre los dos pintores en torno a algunos de los temas que han marcado su producción, y que sirven para organizar el recorrido en los siguientes capítulos: Padre e hijo; Amigos y vecinos; Lugares compartidos; Desnudos; Animales; Control y exuberancia y Extraños prodigios. En total son casi setenta obras procedentes de instituciones públicas y colecciones privadas, algunas de ellas nunca antes expuestas en público, que ofrecen al visitante la oportunidad de conocer la obra de estos dos artistas, así como detalles de su vida y de su capacidad creativa.

Timothy J. Standring, Jamie Wyeth, Guillermo Solana


 
 
 
 

 
 
 

 

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