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lunes, 20 de junio de 2016

CARAVAGGIO Y LOS PINTORES DEL NORTE

MUSEO THYSSEN-BORNEMISZA
Paseo del Prado, 8  MADRID
Comisario: Gert Jan van der Sman
Del 21 de Junio al 18 de Septiembre


El Museo Thyssen-Bornemisza dedica sus salas este verano a Michelangelo Merisi da Caravaggio, uno de los artistas esenciales para entender el movimiento Barroco. El principal objetivo de la exposición Caravaggio y los pintores del norte es analizar el papel que el maestro italiano jugó para un destacado grupo de artistas procedentes del norte de Europa que, tras viajar a Italia y encontrarse con esta nueva forma de ver el mundo e interpretar la realidad, la incorporan a su producción artística y la difunden en sus países de origen.



La muestra, que cuenta con más de cincuenta obras, algunas de ellas de gran formato, se centra en las reacciones e interpretaciones de la pintura de Merisi por parte de aquel heterogéneo grupo de pintores foráneos que había llegado a Italia para completar su formación. Entre los primeros que se sintieron deslumbrados por Caravaggio se encuentran el alemán Adam Elsheimer o el propio Peter Paul Rubens, quien pudo admirar las creaciones del maestro durante sus diferentes estancias en R oma. A el los seguirán nombres como los de los franceses Simon Vouet, NicolaS Tournier, Valentin de Boulogne o Claude Vignon, artistas muy apreciados en su tiempo por su gran virtuosismo técnico. Se destaca también el valiosísimo legado de los pintores procedentes de los Países Bajos, entre los que se encuentran Hendrick ter Brugghen, Gerard van Honthorst, Dirck van Baburen o Matthias Stom, casi todos con representación en las colecciones del Museo Thyssen-Bornemisza, que exploraron asimismo la originalidad y el enorme poder de las pinturas del lombardo.




Si las obras de estos autores constituyen uno de los ejes esenciales de la exposición, el otro lo conforman los doce lienzos de Caravaggio que se reúnen aquí, distribuidos principalmente entre las tres primeras salas. En la última sala, en cambio, el visitante podrá contemplar una de las telas más conmovedoras de la última etapa de la producción del maestro, El martirio de santa Úrsula, datada en el mismo año de su fallecimiento. Todas ellas son composiciones que fueron estudiadas en profundidad por los artistas presentes en la muestra.



Un capítulo aparte en la exposición merecen los hermanos Benedetto y Vincenzo Giustiniani, grandes coleccionistas de pinturas de Caravaggio pero también benefactores de varios de los pintores que se dan cita en las salas del Museo.

En las salas se exhiben cincuenta y tres cuadros, doce de ellos del maestro lombardo, procedentes de colecciones privadas, museos e instituciones como el Metropolitan Museum de Nueva York, la Galleria degli Uffizi de Florencia, el Museo del Ermitage de San Petersburgo, el Rijksmuseum de Ámsterdam o la iglesia de San Pietro in Montorio en Roma. El recorrido abarca el curso de la carrera de Caravaggio, desde el periodo romano hasta las emotivas pinturas oscuras de sus últimos años, junto a una selección de obras de sus más destacados seguidores en Holanda -Dirk van Baburen, Gerrit van Honthorst o Hendrick Ter Brugghen-, Flandes -Nicolas Régnier o Louis Finson- y Francia -Simon Vouet, Claude Vignon o Valentin de Boulogne, entre otros.